En esta ocasión debo reconocer que me estaba perdiendo una maravillosa película de animación, cargada de emotividad, expresividad y que no requiere del diálogo para lograr su intencionalidad y hacer del espectador, partícipe de la cinta e identificando sentimientos propios que se reflejan en ésta creación del director Andrew Stanton.
Los personajes inventados para ésta película fueron diseñados muy subjetivamente, por eso nos familiarizamos con las acciones de éste robot que junto a Eva, su nueva amiga, logran adentrar al espectador en ese mundo de ficción y sensaciones no tan lejanas a la realidad, pues teniendo en cuenta los desarrollos tecnológicos de las últimas décadas, no suena tan descabellado ver que un robot interactúe con su entorno y aprenda nuevos procesos mientras conoce.
Algo que me fascina de la animación por computador es que hacer una película como ésta, implica romper el esquema de grabar las acciones, intensiones y sonidos (voz y otros) de una o varias personas en un lugar determinado y con unas características determinadas.
Wall-e es una película perfecta. Animación computarizada es crear a partir de nada; sin actores, sin vestuario ni utilería, sin escenarios reales. Wall-e es una de las mejores –por no decir la mejor de todas- creaciones producida por Pixar Animation Studios y distribuida por Walt Disney Pictures. En ella se refleja el esfuerzo y dedicación de todo el equipo técnico y de producción que hace posible dejar una puesta en escena tan perfecta como es ésta cinta.
Una de las partes a resaltar fuera del rico y detallado contexto visual presentado, es el sonido en Wall-e. La calidad de audio que se manejó es el fuerte y a la vez la base de su estructura narrativa. Se creó un sonido diferente para cada situación, acción o movimiento a partir de objetos reales que fueran acordes con lo requerido. Un trabajo excepcional a cargo de Ben Burtt, conocido ya anteriormente por sus trabajos en la serie cinematográfica de Star Wars y en la película de E. T., el extraterrestre. En Wall-e, la mayoría de los personajes no tienen voces humanas, en su lugar utilizan sonidos robóticos, diseñados por computador que logran dar la sensación de veracidad y que mágicamente elimina los diálogos sin perder continuidad.
Tuve la oportunidad de ver un corto de la producción de sonido que se hizo para ésta película, en el que muestran cómo el señor Ben Burtt y su grupo de trabajo ingenian meticulosamente cada uno de los sonidos que componen el audio de Wall-e. Es muy bueno, lo recomiendo, así como también un corto llamado Burn-e que se desarrolla paralelo a la historia de Wall-e y que es como un plus, un postre para después de ver la película.
Wall-e es una magnífica cinta para mostrar e impresionar, para quedarse en casa bien acompañado y disfrutar de las aventuras de éste gracioso robot.
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