Catalogada según la crítica especializada como una de las 5 o hasta 10 mejores películas de toda la historia del cine, producida, dirigida y protagonizada por Orson Welles. Algunas personas toman éste clásico cinematográfico como algo denso, tedioso. Sin embargo, ésta es y será una obra maestra, una película creada con un presupuesto demasiado alto para la época y que utilizó todos los recursos fílmicos existentes para dar como resultado una puesta en escena nunca antes vista, algo que causó gran conmoción en su entonces, algo que nadie esperaba ver.
Personalmente ya había visto ésta película y entre la primera y la segunda vez que la vi, pasaron casi 8 años, pero recuerdo perfectamente que en la primera ocasión me impresionaron mucho más algunas cosas que por muy superficiales que fueran, son la esencia de su estructura:
- La forma como está construida la historia, con un inicio enmarcado por la crueldad como es prácticamente cambiado el niño (Charles Foster Kane), alejado de su felicidad natural aún en lo precario de su condición económica.
- Un desarrollo de la trama con libretos perfectamente articulados, aún cuando la historia es contada desde la perspectiva de 5 o 6 personajes, los cuales tuvieron un contacto cercano. Algunos de ellos lo enaltecen, lo idolatran y otros lo ven con resentimiento, como un ser prepotente y arrogante, capaz de conseguir sus objetivos sin importarle pasar por encima de los demás o a costa de ellos.
- Un final esperado, que recuerda la lección de que ni siquiera con todo el dinero del mundo se puede comprar la felicidad. Por ello Charles Foster Kane termina solo, multimillonario, pero solo. Algo que es preciso resaltar es la angulación con la que se hace la toma de las escenas. Un juego de cámaras que nos ofrece una perspectiva especial, diferente, sentimos los actores, los escenarios, sin duda alguna esto ayuda a darle una intensión más marcada de lo normal a los planos de enfoque, como por ejemplo:
- Cuando se hace un contrapicado, la cámara está por lo menos unos 50cm por debajo del nivel del suelo, lo que le da al espectador una sensación de gigantismo del personaje.
- También vemos unos plano secuencias en los que la cámara nunca se aparta del personaje, aún cuando éste debe desplazarse y cambiar de escenario pasando de un cuarto a otro y la cámara lo enfoca continuamente, dando la sensación de estar viviendo el momento… es fantástico, no dejar caer la atención del público y esto permite dar una continuidad que realmente no he visto en otras películas.
- La escena en la que mejor se aprecian los anteriores dos efectos es en donde Charles Foster Kane está destruyendo todo en el cuarto, pues mientras esto ocurre la cámara permanece en una esquina inferior y al acercarse kane nos da esa sensación de gigantismo al verse extrañamente enorme en proporción con lo que se enfoca al fondo de la toma.
- Luego, cuando Kane sale de un cuarto y pasa a un inmenso pasillo de espejos enormes, un escenario que por sus proporciones, más bien parece un exterior, aun cuando se entiende que es dentro del mismo palacio. Ahora bien, el paso de un interior a un exterior en una toma continua es algo realmente difícil de lograr y más sabiendo que en esa época no contaban con los recursos fílmicos que tenemos ahora, pero Wells lo consiguió, incluso juega con el reflejo del personaje en un espejo del palacio para terminar de mostrarlo alejarse sin hacer corto en la secuencia.
En fin, hay muchas escenas perfectas para analizar, pero la anterior es realmente clave para mostrar el potencial de una mente tan brillante como la de Orson Welles, quien se metió de lleno en su película e hizo de ella una cinta para recomendar, para analizar y en casos como el mío, para disfrutar…
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